La Visita de los Espíritus
Marlene Internacional Medium y Terapeuta del Alma
LA VISITA DE LOS ESPIRITUS PIDIÉNDOME TRABAJAR CON ELLOS
Inglaterra, una tarde de verano, después de cenar estaba viendo televisión, cuando al costado del piano, vi a un grupo de Espíritus, hombres y mujeres cantando, los miraba con los ojos de mi mente pero mis ojos físicos estaban mirando la pantalla de la televisión.
Cantaban y en la letra decían que las puertas estaban abiertas, de par en par para mi y deseaban que trabajara con ellos. La canción era bonita, me quedé por un momento observándolos, mi corazón palpitaba de emoción, pero no me moví del sillón donde estaba sentada y de pronto desaparecieron. No podía continuar viendo la televisión y salí al jardín a pensar en lo que había sucedido.
En el jardín hice un análisis de mi vida y el trabajo que mis Guías habían hecho. Había sido bendecida con dones y no dejaría que nadie estuviera en mi camino. Cerré los ojos y envié mis pensamientos hacia ellos y les dije: Amados Maestros, acepto trabajar, Peter (mi Guia principal) mañana a la nueve de la mañana, deseo conversar contigo y con todos los Guías que me rodean .”
Sentí que una ola de seguridad me envolvía en ese momento, ahora sabía qué deseaba hacer y de pronto nació en mí, la necesidad de poner reglas para poder trabajar, usando mis habilidades psíquicas y mediumnicas.
Al día siguiente a las nueve de la mañana en punto, me sentaba en mi salita y elevé mis pensamientos y ví que no sólo venía Peter, sino también la hermana Teresa y otros más a los cuáles los había visto antes y empecé a vibrar Luz. Después de saludarlos les dije: “Estas son mis condiciones: acepto trabajar, pero yo soy, la que decide cuando trabajar, les daré las horas que tenemos cita, para dar mensajes.
No permitirán que nadie interfiera en mi vida diaria, se acabó eso de Marlene quiero esto o aquello, tengo vida física y necesito espacio para mí y mi esposo; también, les dije que trabajaría, pero que Peter me cuidaría en todo momento y sin su permiso no atendería a nadie.
Y ellos aceptaron todo cuanto pedí, desde aquel día mi vida empezó a cambiar aceleradamente.
Porqué puse mis condiciones? simplemente porque los espíritus, entraban y salían de mi casa y lo hacían cuando menos lo esperaba, sentía en mi hombro la mano de ellos , muchas veces al sentir sus presencias; mi espalda sufría como una corriente eléctrica y me hacían saltar.
Marlene
Inglaterra, una tarde de verano, después de cenar estaba viendo televisión, cuando al costado del piano, vi a un grupo de Espíritus, hombres y mujeres cantando, los miraba con los ojos de mi mente pero mis ojos físicos estaban mirando la pantalla de la televisión.
Cantaban y en la letra decían que las puertas estaban abiertas, de par en par para mi y deseaban que trabajara con ellos. La canción era bonita, me quedé por un momento observándolos, mi corazón palpitaba de emoción, pero no me moví del sillón donde estaba sentada y de pronto desaparecieron. No podía continuar viendo la televisión y salí al jardín a pensar en lo que había sucedido.
En el jardín hice un análisis de mi vida y el trabajo que mis Guías habían hecho. Había sido bendecida con dones y no dejaría que nadie estuviera en mi camino. Cerré los ojos y envié mis pensamientos hacia ellos y les dije: Amados Maestros, acepto trabajar, Peter (mi Guia principal) mañana a la nueve de la mañana, deseo conversar contigo y con todos los Guías que me rodean .”
Sentí que una ola de seguridad me envolvía en ese momento, ahora sabía qué deseaba hacer y de pronto nació en mí, la necesidad de poner reglas para poder trabajar, usando mis habilidades psíquicas y mediumnicas.
Al día siguiente a las nueve de la mañana en punto, me sentaba en mi salita y elevé mis pensamientos y ví que no sólo venía Peter, sino también la hermana Teresa y otros más a los cuáles los había visto antes y empecé a vibrar Luz. Después de saludarlos les dije: “Estas son mis condiciones: acepto trabajar, pero yo soy, la que decide cuando trabajar, les daré las horas que tenemos cita, para dar mensajes.
No permitirán que nadie interfiera en mi vida diaria, se acabó eso de Marlene quiero esto o aquello, tengo vida física y necesito espacio para mí y mi esposo; también, les dije que trabajaría, pero que Peter me cuidaría en todo momento y sin su permiso no atendería a nadie.
Y ellos aceptaron todo cuanto pedí, desde aquel día mi vida empezó a cambiar aceleradamente.
Porqué puse mis condiciones? simplemente porque los espíritus, entraban y salían de mi casa y lo hacían cuando menos lo esperaba, sentía en mi hombro la mano de ellos , muchas veces al sentir sus presencias; mi espalda sufría como una corriente eléctrica y me hacían saltar.
Marlene